El apéndice es una estructura hueca y estrecha, con forma de dedo, unida al intestino grueso. si bien no tiene una finalidad conocida en los seres humanos, podría causar graves problemas cuando se inflama. Debido a su ubicación, puede ocurrir con bastante facilidad; por ejemplo, podría quedar un trocito de comida o heces atrapado dentro del apéndice y hacer que se infecte y que se inflame de manera dolorosa. Esta inflamación, llamada apendicitis, es más común en niños mayores de 6 años pero puede ocurrir en los niños pequeños.
Una vez se infecta el apéndice, es necesario extirparlo. De lo contrario podría explotar y hacer que la infección se extienda por todo el abdomen. Como este es un problema potencialmente mortal, es importante conocer los síntomas de apendicitis a fin de poder decirle al pediatra ante la primera señal de problemas. En orden de aparición, los síntomas son:
Dolor Abdominal: esta suele ser la primera queja que manifiesta el niño. Casi siempre se siente primero dolor alrededor del ombligo (dolor peri umbilical) y luego podría intensificarse en el lado inferior derecho.
A veces, si el apéndice no estuviera ubicado en su posición habitual, las molestias podrían aparecer en otras partes del abdomen o en la espalda; también puede que haya síntomas urinarios tales como un aumento de la frecuencia o ardor al orinar. Incluso cuando el apéndice está en su posición normal y el dolor se encuentra en la parte inferior derecha del abdomen, podría irritar alguno de los músculos que van hacia la pierna, haciendo que el niño cojee o camine jorobado hacia adelante.
Vómitos: después de varias horas de dolor, podrían aparecer vómitos. Es importante que recuerde que el dolor de estómago suele aparecer antes del vómito en los casos de apendicitis, y no después. El dolor es muy común en enfermedades virales como la gripe.
Pérdida de apetito: la ausencia de hambre suele ocurrir poco después de la aparición del dolor.
Fiebre: Salvo que se rompa el apéndice (que estalle), la fiebre suele ser menos de 39°C.
Lamentablemente, los síntomas asociados con la apendicitis a veces pueden quedar ocultos por una infección viral o bacteriana precedente. La diarrea, las náuseas, los vómitos y la fiebre podrían aparecer antes de los típicos dolores de apendicitis, haciendo que el diagnostico sea mucho más difícil.
Si bien el dolor podría ceder durante varias horas, es exactamente aquí cuando la apendicitis se torna peligrosa. La infección podría extenderse al resto del abdomen, haciendo que su hijo se enferme mucho más, tenga fiebre más alta y necesite ser hospitalizado para someterlo a cirugía y administrarle antibióticos intravenosos. La recuperación podría tardar mucho más y puede que haya más complicaciones que en el caso de una apendicitis diagnosticada y tratada antes.
Tratamiento
La detección de los signos de apendicitis no siempre es fácil, en particular en el caso de los niños menores de 3 años que no saben decir donde les duele o si el dolor pasa al lado derecho. Es por eso que es mejor actuar lo antes posible si tiene alguna sospecha de que el dolor o las molestias de su hijo parecen “diferentes”, más graves de lo habitual o fuera de común. Si su hijo presenta signos y síntomas como los antes mencionados en importante que le informe de inmediato a su pediatra.
Se deben realizar exámenes y pruebas para ver si se presentan signos más concluyentes, si la probabilidad de apendicitis es alta, la cirugía debería realizarse lo antes posible ya que la extirpación quirúrgica del apéndice es en el general el tratamiento de elección.
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