Su bebé debe someterse a un examen físico exhaustivo dentro de las primeras 24 horas posteriores al nacimiento y a un seguimiento en algún momento antes de que les den de alta.
Si se lleva a su bebé a casa pronto (antes de transcurridas las 24 horas desde el parto), el pediatra deberá volver a ver a su bebé en su consultorio entre 24 y 48 horas después del alta, para hacerle un seguimiento. El objetivo de esta visita es evaluar la salud general de su bebé, como por ejemplo:
El peso: hablar sobre temas importante como los patrones de defecación y orina del bebé
Hábitos de sueño: repasar las técnicas de alimentación incluyendo las asociadas con la lactancia
Posición adecuada,
Cómo se prenden al pecho,
Cómo traga.
Otro aspecto importante valorado por el pediatra es detectar la presencia de ictericia (coloración amarilla de la piel), además de identificar nuevas preguntas o inquietudes que usted pueda tener.
La American Academy of Pediatrics recomienda que usted y su bebé programen una visita al médico para cuando el bebé tenga entre 2 y 4 semanas. El pediatra le hará un examen físico a su bebé y tomará medidas como la talla, el peso y el perímetro cefálico. Escuchara el corazón y los pulmones del bebé para asegurarse de que sean normales, le mirará dentro de los ojos, los oídos y la boca, le palpará el abdomen para detectar zonas sensibles, evaluará como esta sanando el cordón umbilical, controlará los reflejos y examinará otras partes del cuerpo, de pies a cabeza, incluyendo las caderas.
Si hubiera un sonido persistente en la cadera, similar a un “chasquido”, en especial en niñas nacidas de nalgas, es probable que el pediatra le pida a un traumatólogo que haga una ecografía o un nuevo examen físico entre las 4 y 8 semanas de edad.
Estas visitas al pediatra son además oportunidades para hacer preguntas son el cuidado del bebé y expresar las inquietudes que usted pudiera tener. No dude en hacer preguntas; el objetivo es que obtenga información valiosa y salga sintiéndose confiado y tranquilo.
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