Las probabilidades de contraer algunas de las enfermedades más graves o de padecer complicaciones asociadas al resfrío común pueden reducirse al vacunar a los niños.
Es importante desinfectar con frecuencia los juguetes, las mesas, los picaportes de las puertas y demás superficies que se tocan con las manos.
Los resfríos se propagan por contacto directo o cercano con las secreciones bucales y nasales de una persona infectada o al tocar objetos contaminados.
Es importante enseñarles a los niños a lavarse las manos con frecuencia y a estornudar contra la parte superior del brazo en vez de en sus manos.
También se les debe enseñar a desechar correctamente los pañuelos desechables y a no compartir vasos ni cubiertos.
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