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Tosferina

Actualizado: 3 mar 2022

La tosferina, o tos convulsiva, es cada vez, más común en los niños pequeños de lo que solía ser. Antes de que se desarrollara la vacuna contra la tosferina, había varios cientos de miles de casos de tos convulsiva cada año en los Estados Unidos. Aunque esta cifra ha disminuido, en realidad ha habido un aumento del número de casos en los últimos años en Estados Unidos.

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Esta enfermedad es causada por la bacteria pertussis, que ataca la membrana que recubre las vías respiratorias (bronquios y bronquiolos) y produce inflamación grave y estrechamiento de las vías respiratorias. La tos intensa es un síntoma prominente. Si no se la reconoce correctamente, la bacteria se puede transmitir a las personas que están en contacto cercano con la persona infectada, a través de las secreciones respiratorias.


Los bebés de menos de un año de edad corren un mayor riesgo de desarrollar problemas respiratorios graves y enfermedad que pone en riesgo la vida a causa de la tos convulsiva. Debido a que el niño tiene falta de aliento, inhala profunda y rápidamente entre toses. Estas respiraciones (especialmente en los bebés más grandes) con frecuencia producen un sonido “convulsivo”, que es como esta enfermedad recibió su nombre común. A tos intensa esparce las bacterias pertussis en el aire, transmitiendo a enfermedad a otras personas susceptibles.


La tos convulsiva generalmente actúa como un resfrió común durante una o dos semanas. Luego la tos empeora (al contrario de lo que pasa con un resfrío que mejora) y el niño más grande puede comenzar a tener el sonido “convulsivo” característico. Durante esta fase (que puede durar 2 semanas o más), el niño generalmente tiene falta de aliento y puede tener una coloración azulada alrededor de la boca. También puede lagrimear, babear o vomitar. Los niños más pequeños con tos convulsiva pueden tener episodios en los que parece que dejan de respirar o pueden tener vómitos luego de un largo ataque de tos. Los bebés con tos convulsiva quedan exhaustos y presentan complicaciones, como neumonía y convulsiones.


La tos convulsiva puede ser mortal en algunos bebés, pero en la evolución habitual la recuperación comienza después de dos a cuatro semanas más. Es posible que la tos no desaparezca durante meses y puede volver aparecer con infecciones respiratorias posteriores.


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Tratamiento


La mayoría de los bebés con tos convulsiva que tienen menos de 6 meses de vida y un poco menos de la mitad de los bebés más grandes que tienen la enfermedad son tratados inicialmente en el hospital. Este cuidado más intensivo puede reducir las posibilidades de que se produzcan complicaciones. Estas complicaciones pueden incluir neumonía, que ocurre en un poco menos de un 25% de los niños menores de un año de edad que tienen tos convulsiva. (Si su hijo es más grande, es más probable que reciba tratamiento solamente en su casa).


Mientras su hijo este en el hospital, es posible que sea necesario succionarle las secreciones respiratorias espesas. Se le controlará la respiración y posiblemente necesite que le administren oxígeno. Durante varios días, su hijo se aislará de los demás pacientes para evitar la propagación de la infección.


La tos convulsiva se trata con un antibiótico que es más eficaz cuando se administra en la primer etapa de la enfermad antes de que comiencen los accesos de tos. Si bien los antibióticos pueden detener el contagio de la infección de la tos convulsiva, no pueden prevenir o tratar la tos en sí. Dado que los medicamentos para la tos no alivian los accesos de tos, es posible que su pediatra recomiende otras formas  de tratamiento casero para ayudar a controlar la tos.

Permita que su hijo repose en cama y que utilice un vaporizador de bruma fresca para ayudar aliviar sus pulmones irritados y las vías respetarías. Un vaporizador también ayudará aflojar las secreciones en las vías respiratorias. Pídale instrucciones a su pediatra sobre la mejor posición para su hijo a fin de ayudar a drenar las secreciones y mejorar la respiración.


Close-up shot of pediatrician ready to give an intramuscular injection of a vaccine to a baby girl

Prevención


La mejor manera de proteger a su hijo contra la tos convulsiva es con la vacuna a DTaP (inmunizaciones a los meses, a los cuatro meses y a los seis meses de vida, y una vacuna de refuerzo entre los 12 y 18 meses  y a los cuatro o cinco años de edad o antes e iniciar la escuela). Asimismo, todas las mujeres que estén embarazadas deben darse la vacuna DTaP en cada embarazo. Esto permite que las madres le trasmita protección contra la to convulsiva a los recién nacidos.

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